miércoles, 31 de diciembre de 2014

El trágico carácter


Doy por casualidad en Internet con un libro de viajes del militar británico William Dalrymple, Viaje por España y Portugal, en 1774; con una breve noticia de la expedición española contra Tánger, en 1775. Curioseando entre sus páginas encuentro un párrafo en el que habla del carácter español de la época. A pesar de lo categórico de sus juicios, que no deberían ser los de un viajero, me parece interesante y lo traigo traducido.


       Los castellanos, andaluces y gallegos poseen un carácter fuertemente marcado, como gente que vive separada; pero al prevalecer el mismo gobierno, una religión, y una educación similar, una familiaridad en el modo de ser resulta conspicua. La gravedad de los nativos es proverbial, y su solo aspecto convencería a un extraño de la verdad de la misma. No tienen idea de caminar por deporte, o de salir mientras el sol aprieta, salvo cuando no tienen más remedio, y entonces se mueven con un paso solemne, que se vuelve habitual. Hasta hace poco, y ahora sólo en la capital, y en las provincias entre gente de nivel, tenían poco trato con extraños, o entre sí, por lo que actuaban con reserva cada vez que se encontraban con alguien; y su galantería les obligaba a mantener una expresión circunspecta, así de no revelar sus intrigas a sus conocidos. Como este ha sido mucho tiempo un lugar donde ha imperado el fanatismo, llevan la pesadumbre de la religión marcada en la frente; la Inquisición, contando con ayudas en todos los rincones del reino, les obligaba a contener la lengua, no fuera que dijesen algo que les llevara a la ruina. Todas estas causas combinadas tuvieron por resultado natural la apariencia sedada que hoy vemos prevalecer entre ellos. Pero, hijos del sol, tienen, aunque no volátil, una imaginación tan aguda y animada como cualquiera de las gentes de Europa. De temperamento sanguíneo y cálido afecto, si algo desbarata sus planes habitualmente se enfurecen hasta la pasión, algo poco acostumbrado entre nosotros. Son vengativos y aún se dan de cuchilladas; el más bajo campesino no tolerará una afrenta; y así que el honor de los soldados no reciba mancha, hay un artículo en las ordenanzas del ejército por el que sólo pueden ser castigados con golpes de espada. Tienen la más alta noción de su dignidad por nacimiento; así es el castellano, y en mayor medida el vizcaíno, aunque sean pobres de necesidad; ambos sienten el más grande desprecio por el andaluz, por considerarlo descendiente inmediato de los moros: este último es astuto e intrigante, pero un espíritu más noble corre por las venas de los otros dos. Los matrimonios se efectúan generalmente entre personas de igual distinción: la vieja nobleza raramente se emparenta con la nueva; y el superior raramente enlaza con su inferior. Son moderados, o más bien abstemios en su modo de vivir, mayormente: el término borracho* es el más elevado reproche; y es raro ver a un hombre ebrio, excepto entre los porteadores o muleros. Tanto hombres como mujeres tienen recursos sobrados para lograr sus metas favoritas; las mujeres, en particular, con una educación limitada, confinadas en sus casas por barrotes, y asistidas por espías fuera, todavía encuentran la manera de evitar la vigilancia de sus dueñas*, y escaparse por entre las barras que debían contenerlas. Es algo a señalar el que estas gentes no sufran de timidez; tienen un carácter viril y hablan a su príncipe con la misma sang froid y confianza con la que le hablarían a un compañero; nunca dicen nada de lo que luego se avergüencen. Todo hombre parece tener idea de su propia dignidad, lo que en otras partes del mundo no resulta tan evidente. Entre sí se tratan con la mayor civilidad y respeto; si un mendigo pide limosna, y no se la dan, el suplicante es rechazado con los más compasivos términos; en otra ocasión, le dicen que Dios esté con él, Dios le guíe, etc., el insulto no se añade nunca a la desgracia. Tales son mis someros comentarios sobre el carácter actual que domina en esta gente. Hubo un tiempo en el que la llama de la libertad ardió en el pecho de todo español; el estallido maligno del despotismo la ha apagado, y ya no volverá a encenderse.



* En español en el original.

P.D. La pintura que ilustra esta entrada es El albañil herido, que Goya realizó en 1787.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Cosas mías

                       
                                          ¿Era la suya muda inteligencia, o sorda estupidez?


sábado, 22 de noviembre de 2014

El unicornio


Recupero de la estantería El unicornio. El surrealismo indolente de Louis Malle me irrita a veces y a veces me atrae.
En la película Lily huye de un mundo en el que hombres y mujeres están en guerra. Se refugia en un universo extraño, que enfrenta con ánimo contemplativo e ira ocasional.


La guerra apenas se ve. Sin embargo el conflicto es más que una excusa para que Lily huya y encuentre su escondite. La película se fija en el género de su protagonista, lo reconoce, ya sea abiertamente o no, y Lily siempre se comporta como mujer, aunque los usos cambien. Malle incide en su diferencia.

Hasta hace poco hubiera dicho, ¡qué convencional es esta película, en el fondo! Lo femenino, ¿acaso no dificulta la vida de la mujer? ¿No niega su semejanza con el hombre? La película imagina con libertad, ¿por qué no cambia también eso? En el entretanto, he leído a Julián Marías:

« Cuando no se ve a la mujer como tal mujer, no es que se la vea como "persona", como persona indiferenciada, es que no se la ve personalmente, sino despersonalizada y en abstracto. A veces se cree que prescindir de la condición femenina, al tratar con una mujer, es atender a su dimensión personal; justo al contrario: cuando se olvida que es una mujer se está perdiendo de vista su condición personal, se la está despersonalizando ».

La condición sexuada de Lily es necesaria, sólo así puede ser personal su experiencia. Ella sigue siendo mujer, aunque las cosas a su alrededor sean extrañas. La guerra del inicio puede muy bien simbolizar el esfuerzo de algunas mujeres por dejar de ser femeninas. Quizás, pienso ahora, fuera eso de lo que Lily huía en un principio.
                            

jueves, 13 de noviembre de 2014

Tropic Thunder


Me gusta pensar que los mejores guiones se escriben en soledad, con una máquina antigua, una botella de whisky al lado e incontables cigarrillos. La historia de Tropic Thunder, en cambio, me sugiere el rincón amable de un bar, compañía, muchas risas y cerveza.

Tropic Thunder es una tontuna que me hace sonreír a veces, porque tiene el regusto sabroso de la cerveza barata, y la fuerza chusca de una broma etílica que es graciosa, en parte, porque alguien insiste en que ese chascarrillo puede ser una película. Ben Stiller, Robert Downey Jr. y Jack Black (y quizás también Matthew McConaughey; ya no sé Tom Cruise) han estado en el bar divirtiéndose, como tenían dinero han rodado su ocurrencia y les ha salido un disparate, claro, que sólo se sostiene por el talento cómico de sus actores.

Eso sí. El mérito de pintar de oscuro a Robert Downey Jr. y de hacerle hablar como un negro americano es grande. Sobre todo si tenemos en cuenta lo sensibles que son para estas cosas, en Estados Unidos. Pero ya se encarga él de descalificar a su personaje, para que nadie se moleste: que recursos le sobran. Es por ellos, precisamente, que llego hasta el final de esta larga burla del Hollywood más subido y monetario, y del cine más conocido de la guerra de Vietnam. La cinta queda así como un testimonio de la amistad y del gusto por el alcohol de sus actores, y de la inefable capacidad de Hollywood para sorprendernos, aunque sea apoyando películas como esta.

Helado de postre

"Quiero: un país donde haya helado de postre cada día". Es un póster de la campaña independentista catalana. El lema también se imprime en camisetas, que se venden a diez euros cada una. Me parece un buen resumen de la presente intentona separatista.


Gracias a la gente de https://mitesimentides.wordpress.com/ y http://dolcacatalunya.com/ por oponerse al nacionalismo catalán con humor y buenas razones.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Cosas mías


                                                                 Le tentaba la santidad.


lunes, 27 de octubre de 2014

Mecánica


Vi puesto en la puerta de un prostíbulo "Cerrado por avería".



Y sin embargo, no me extraña. Siempre han trabajado la mecánica, en esos lugares. El robot ha ocurrido antes de lo que yo pensaba, nada más.

martes, 14 de octubre de 2014

En su lugar



En este paseo me acompaña Pablo, el bajista de Piña en rodajas. Llegamos hasta la antigua sede de la discográfica Sony (que antes fue de Ariola, y antes, de Columbia S.A.), comentando que en ella los Radio Futura grabaron las pruebas de La canción de Juan Perro. Ninguna pintada allí lo recuerda, ningún visitante. Sí aparece, curiosa, la tortuga de La ley del desierto / La ley del mar, otro disco del grupo. Viene, como nosotros, a sabiendas de que pronto se harán pisos en el solar. Allí está cuando saco la foto, y allí sigue cuando nos marchamos.

What goes on


jueves, 9 de octubre de 2014

Epigrama

                                                                      
                                                       "¡Qué bien estoy hecho!",       
                                                     ayer decía, buscando su reflejo.
                                                     Hoy lo encuentra, y dice                                  
                                                     "¡Qué gastado está el espejo!".                                            
              


lunes, 22 de septiembre de 2014

Fachada




Esta fachada apareció cuando tiraron el edificio que había delante. Los inquilinos ahora se asoman y ven la calle. Claro que, ¿por cuánto tiempo?

domingo, 21 de septiembre de 2014

Visión de la Virgen




En una visita al Prado encuentro algunas pinturas flamencas de la Virgen que me hacen pensar. La Virgen en estos cuadros es un trasunto de las ricas mujeres europeas que los encargaron. Es también imagen de un modo de vivir el catolicismo en el que la riqueza, habría que decir el lujo, no entra en conflicto con el núcleo de la enseñanza de Cristo. Creo que la razón está en que la representación de la Virgen como ilustre señora domina en el imaginario de la época. Por obra de pintores, a la pobre mujer palestina de los Evangelios le sucede una próspera mujer europea.

La Virgen viste como una reina, por tanto es una reina. La reina celeste de la teología católica acaba por ser una reina más. —¿Por qué habríamos de vivir de otra manera? —pensarían los ricos de entonces—. Si la misma Virgen es una reina, ¿no es acaso de los nuestros?—. Es una excepcional operación de imagen que trasciende lo estético. Al cambiar su apariencia de mujer del pueblo, cambia también su sentido religioso. Quizás cuando estos lienzos se pintaron había otra manera, más popular, de representarla, pero la iconografía que durante mucho tiempo ha contado es esta otra.

Aún hoy vemos en las iglesias católicas imágenes suntuosas de la Virgen. Se dirá: es una forma de definir su dignidad, de honrarla. Aunque muchos buenos cristianos lo entienden así, y no dudo de su buena voluntad, yo no lo creo. Me parece justo lo contrario. Si tomamos por caso a la Madre Teresa de Calcuta, ¿qué favor le hacemos, recordándola con trajes de lujo? ¿No traicionamos así su mensaje? ¿Su vida humilde, su apuesta por los pobres? ¿Y en qué es distinta de Teresa, María? ¿No es, como aquella, un ejemplo de pobreza material?

Es así que se obvia la circunstancia extraordinaria de que Jesús nació de una mujer pobre. Lo niegan las imágenes que visten, que interpretan a María como reina. Niegan la radicalidad del mensaje cristiano, su exigencia de evitar los lujos, de aceptar lo suficiente. Quizás aquellas mujeres renacentistas fueran piadosas, como lo son muchas mujeres ricas hoy, pero en el fondo, junto a esa piedad, había un conformismo peligroso. Un conformismo que podía volverse contra ellas, si asumían que la riqueza era un don de Dios que otros, por no tener, no merecían. Así interpreto yo, al menos, esta visión de la Virgen.



PS.  El cuadro que ilustra esta entrada es La Virgen con el Niño, de Bernard van Orley. Se pintó en 1516.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Donovan dixit

Donovan estuvo hace unos meses en el programa de radio de Howard Stern. Antes de terminar la entrevista, dio al presentador unos consejos sobre cómo escribir canciones con la guitarra:




"Pasa de La menor a Re mayor. Tienes que practicar este patrón de un modo en que nadie lo haya hecho antes. Sigue enredando con La menor y Re mayor, si lo haces durante una hora puede que ocurra algo. Y si resulta que ves una frase en una revista, ponla en la canción".

sábado, 30 de agosto de 2014

El Empecinado



   “¿Sabéis lo que es el patriotismo? ¿A que cuando veis a un francés os da muchísima rabia, a que sí? Pues eso es el patriotismo”.

                   -Juan Benet, en Otoño en Madrid hacia 1950.


  











Una vida novelesca de Juan Martín Díez "El Empecinado", guerrillero y militar español, martillo de franceses en varias guerras, es la que me acabo de leer. Escrita por el aventurero inglés Federico Hardman en 1846, y vertida al español en 1926 por Gregorio Marañón, recupera con ojos románticos historias del formidable enemigo de José Bonaparte, que seguían vivas en España cuando el autor llegó a ella, en tiempos de la Primera Guerra Carlista.

El español gallardo de Don Gregorio hizo que, en un principio, El "Empecinado" visto por un inglés se creyese obra suya. Al error ayudaba el que Hardman hubiera firmado el original como "El autor del Estudiante de Salamanca". La confusión nacía del buen hacer literario del doctor, en su versión del texto, y también en los pies de página con que, a menudo, ilustraba la narración de Hardman.

Recupero aquí uno de esos pies de página, que recuerda al indómito Juan Martín en otra de sus luchas por liberar a España de la tiranía (y de los franceses):

   Como ejemplo de la intrepidez y confianza del Empecinado y de la sugestión que ejercía la bravura con que desafiaba los mayores peligros, no será ociosa esta anécdota:    
   En el año 1823 estaba el guerrillero en Aragón persiguiendo al cuerpo de ejército del general Bressières. Tenía Juan Martín la costumbre de marchar a bastante distancia al frente de sus tropas. Un día que se había adelantado más de lo corriente, acompañado sólo por su ayudante y un ordenanza, llegó a una casa de labor, en la que por ciertos signos, sólo visibles a su experta mirada, conjeturó que debía de haber enemigos alojados. Se adelantó hasta el edificio y llamó. Una mujer abrió la puerta.
   —¿Hay facciosos arriba? —dijo el Empecinado. (En esta guerra, como después en la primera carlista, los constitucionales llamaban facciosos a los del bando opuesto).
   —Sí, señor —replicó la mujer, aterrada del fiero aspecto de su interlocutor.
   —¿Cuántos hay?
   —Treinta y pico. Están de jarana en el piso de arriba.
   —¿Dónde están sus armas?
   —Las han dejado en la cocina.
   Recomendó silencio el guerrillero a la mujer, subió las escaleras y abriendo la puerta de la habitación, apareció tranquilamente ante los ojos atónitos de los realistas, muchos de los cuales, seguramente, le conocían de vista. Fuese esto o no cierto, no les dio tiempo de dudarlo.
   —Buenas noches —gritó—. Nadie se mueva de su sitio. Soy el Empecinado. Desde esta noche, seremos todos amigos. ¡Vamos, pues, a buscar los fusiles y seguidme!
   Los soldados se miraron un momento unos a otros; pero, al cabo, subyugados por el ascendiente moral del famoso guerrillero, y admirados del arrojo con que se había presentado entre ellos, obedecieron sin rechistar la orden recibida. En poco tiempo, cerca de trescientos facciosos más, alojados en las casas vecinas, se unieron a los primeros, y todos juntos acompañaron al Empecinado hasta el campamento. El rancho estaba preparado y todos participaron de él. Además, Juan Martín dió a cada recién llegado una onza de oro de su bolsillo. Tres horas después, casi toda la retaguardia de Bressières, formada de españoles, había desertado y se unía a los liberales al grito de ¡Viva el Empecinado!


martes, 12 de agosto de 2014

Robin Williams


Quiero recordar a Robin Williams con uno de los diálogos de El rey pescador.




Amanda:  No tienes por qué decir eso.
Robin:  Nunca digo nada que tenga que decir.
A:  No, digo que no hace falta que me digas cosas bonitas. Está un poco desfasado, teniendo en cuenta lo que vamos a hacer.
R:  ¿Qué es lo que vamos a hacer?
A:  Me estás acompañando a casa. Creo que te atraigo un poco. Y probablemente quieras subir a tomar café.
R:  No tomo café.
A:  Entonces probablemente bebamos algo. Y hablaremos y nos conoceremos un poco mejor, nos iremos sintiendo cómodos. Y entonces tú... Te quedarás a dormir. Y por la mañana te levantarás... y estarás distante. Y no podrás quedarte a desayunar. Tal vez te tomes una taza de café.
R:  No tomo café.
A:  Y entonces... nos daremos los teléfonos. Y te irás... para no llamarme. Y yo me iré al trabajo, y me sentiré tan bien... la primera hora, y entonces, despacio, me iré sintiendo como una basura. No sé por qué me someto a esto. Me alegro mucho de haberte conocido. Buenas noches.
R:  Buenas noches. ¡Perdona! Espera, sólo... Disculpa. Espera un momento. Perdona. Espera, por favor.
A.  No me siento muy bien.
R:  No me extraña nada. Nos hemos conocido, hecho el amor y roto, y todo en el espacio de treinta segundos. Yo no recuerdo el primer beso, que es la mejor parte.
A:  Ha sido muy especial conocerte.
R:  Para mí también, pero creo que es tiempo ya de que calles. Cállate. ¿Por favor? No voy a subir a tu apartamento. Nunca fue mi intención.
A:  No quieres.
R:  Oh, no, sí que quiero. Siento algo por ti del tamaño de Florida. Pero no quiero que sea sólo una noche. Hay algo que tengo que confesarte.
A:  ¿Estás casado? ¿Divorciado? ¿Tienes una enfermedad?
R:  No, para, por favor. Estoy enamorado de ti. Y no sólo desde esta noche. Te conozco desde hace tiempo. Sé que sales del trabajo a las doce y luchas por atravesar esa puerta. Te empujan hacia atrás, y en tres segundos vuelves a salir. Yo te sigo cuando vas a comer. Y sé que tienes un buen día... si te paras a comprar en esa tienda una novela rosa. Sé que los miércoles vas a comer a un chino. Y sé que tomas una bola de caramelo antes de volver al trabajo. Y sé que odias tu trabajo y que no tienes muchos amigos. Y que algunas veces te sientes un poco torpe... y no te sientes tan estupenda como los demás. Sintiéndote tan sola y separada como te sientes... Te quiero. Te quiero. Y creo que eres el mejor invento después de los estantes para especias. Me quedaría noqueado si sólo pudieras darme ese primer beso. Y no seré distante. Volveré por la mañana. Y te llamaré, si quieres. Pero sigo sin tomar café.
A:  ¿Eres real... verdad? Adiós. Me he equivocado de puerta... Puedes llamarme.
R:  Si no me ha dado el teléfono...

martes, 5 de agosto de 2014

Epigrama

                                               
                                                     ¿Monarquía o República?
 
                                                     No a la república soberana,
                                                   decía la mosca ubérrima.
                                                   Yo soy monárquica acérrima
                                                   mientras el rey no salga rana. 



martes, 22 de julio de 2014

Sigue mirando

                                                                                                                                            
La paseante inadvertida es Lucy.

Mira, es curioso.  Entre los que hablaban de ella, ninguno recordó la anécdota de cómo recibió su nombre. Una niña quería saber si lo que tenía delante era "un arqueólogo".  Una mujer se admiraba de la pequeña altura de su abuela de África.  Nadie mencionó que los científicos que la buscaban celebraron con música el haberla encontrado.  Lucy in the Sky with Diamonds, de los Beatles, sonó en la tarde africana.  ¿Se puede hablar de un suceso arqueológico mejor?




                                                    
Este trozo de piedra me asombra.  Si se compara con los bisontes de Altamira no parece gran cosa.  Pero las líneas que dibujaron sobre su superficie implicaban un cambio.  Un cambio de paradigma estético, que escondía una revolución del pensamiento.  O dicho de otro modo:  salió el hombre de la cueva al ver que se retiraban los Hielos, y se le puso el cerebro abstracto.                   




jueves, 10 de julio de 2014

A la manera de Lorca

                                                          

Dejarme pasar, hombrecillos de los cuernos,
al bosque de los desperezos
y los alegrísimos saltos.

                 De "Poema doble del lago Eden".








Fue después del bosque de los desperezos que Lorca encontró a Lucy.  Llegó a ella siguiendo el temblor tibio de su rastro.

—¿Eres un arqueólogo?
—No, niña.  Un arqueólogo no es un hombre, sino una flor de pimienta.

De camino a la teta de Juno, la encontró.

Con la piel destejida en el espino, rugía la sangre.  Lucy agarraba la raíz desdeñosa del aire.  Había llegado tarde, sí.  Demasiado tarde.  Ya hilaban las hormigas su densa red de olvido.  Vencía la paz.

Lucy estaba perdida cuando Lorca la encontró.


domingo, 22 de junio de 2014

Vuelta de Segovia


       

          con su aliento cáustico / la plástica cerilla / prende, prende en Castilla / el incendio elástico



lunes, 16 de junio de 2014

En Dixie reímos así


—Hahahaha!

De El fuera de la ley (Clint Eastwood, 1976).                                                  

lunes, 9 de junio de 2014

Cosas mías


           Por su pasión ciclista, el párroco decía que la muerte no era el final, sino una meta volante.


jueves, 5 de junio de 2014

sábado, 31 de mayo de 2014

Cosas mías

                   
                       Dicen que piensa primero en sí mismo y luego en los demás,
                       pero lo cierto es que no le dedica tanto tiempo a pensar.


lunes, 26 de mayo de 2014

Rilstone Blues Again


Lo dice Andrew Rilstone en otro excelente comentario:  la elección de las palabras en "Visions of Johanna" está determinada por los sonidos y no por los significados.

"Visiones de Johanna" es una de las piezas fundamentales de Blonde on Blonde, el disco de 1966 de Bob Dylan.  La canción empieza así:

         ¿Es que no es cosa de la noche el jugártela cuando intentas ser tan silencioso?  
         Estamos aquí sentados, varados, aunque todos nos esforzamos en negarlo
         Y Louise agarra un puñado de lluvia, tentándote a desafiarlo
         Las luces parpadean desde el apartamento de enfrente
         En esta habitación los tubos de la calefacción acaban de toser
         La emisora de música country toca suavemente
         Pero no hay nada, nada en realidad que apagar
         Sólo Louise y su amante tan entrelazados
         Y estas visiones de Johanna que conquistan mi mente

Para Rilstone, las rimas del americano encadenan las palabras y asocian las ideas.  Así, desafiarlo ("defy it", en el original) sigue a negarlo ("deny it") por su sonido.  Dylan no cuenta aquí una historia, no le impone una lógica al texto, nos dice Rilstone.  Si el conjunto aparenta significado, es porque nosotros se lo damos.  Los nexos "pero" e "y" nos aseguran la existencia de un sentido, ¡pero no lo hay!  Uno, no:  hay tantos como oyentes encuentra la canción.  Claro que, si Dylan no hubiese elegido las palabras, señala Rilstone, la cosa no sería igual.  La habilidad para encadenar sinsentidos hace grande "Visions of Johanna", y esto, añado yo, no es ningún sinsentido.



Un enlace a la canción:  https://www.youtube.com/watch?v=seh3WQddqzs.  Si no te gusta Dylan, dos minutos bastan, porque la música varía poco.

Las ideas de Rilstone se encuentran aquí:  http://www.andrewrilstone.com/2010/09/12-return-iii.html

Publicidad

Con la final de la Copa de Europa ya celebrada, me fijo en un cartel de Heineken.


El eslogan "Lo que pasa en Lisboa se queda en Madrid" adapta, me parece, la frase "Lo que ocurre en Las Vegas, se queda en Las Vegas".  Este dicho, aunque conocido por la película Resacón en Las Vegas, tiene su origen en el adagio americano "Lo que aquí ocurre, aquí se queda", creado para promocionar la Ciudad del Pecado.

Lo que pasa, creo yo, es que para entender la genialidad de los publicistas de Heineken hay que saber inglés y haber visto cine.  Y claro, uno se queda asombrado.

sábado, 10 de mayo de 2014

Fauna tosca

Leyendo a Lovecraft me acuerdo de Julián Marías.

H.P. Lovecraft escribió en "El horror de Red Hook" sobre un barrio "moral y espiritualmente putrefacto" que no siempre fue así:

"Antaño se representó aquí un cuadro más luminoso, con marinos de ojos claros en las calles bajas y hogares de buen material y buen gusto en la colina donde las casas mayores se alinean.  Uno puede encontrar señales de las reliquias de esta antigua felicidad en las formas esbeltas de los edificios, las gráciles iglesias ocasionales, y las evidencias de un arte y un ambiente originales, en detalles pequeños aquí y allá -un tramo de escaleras gastado, un maltrecho portal, un par de columnas o pilastras decorativas devoradas por los gusanos, o un fragmento de un espacio que fue verde con dobladas y oxidadas barandillas de metal".

El devenir del barrio de Red Hook me recuerda a otro pasaje, uno que Marías dejó en Nuestra Andalucía al pensar en ciudades viejas, como Florencia o Toledo:

"¿Tienen el alma que corresponde a esos edificios, a esas calles y plazas, a esas ventanas, miradores, torres, tejados?  (...)  A veces pensamos que la ciudad viva responde a su pretérito;  pero en ocasiones nos parece que la maravillosa ciudad está "ocupada" por una fauna tosca sin más título a la posesión que la descendencia biológica, y entonces nos invade un extraño malestar, que a veces linda con la repugnancia.  La ciudad sublime parece mancillada, profanada por sus habitantes nativos, y las piedras enrojecen de vergüenza".

Me gusta el aire lovecraftiano del texto, aunque los dos hablen de cosas distintas.

El autor de los mitos de Cthulhu encuentra en la mezcla genética y las costumbres exóticas de sus habitantes las razones del derrumbe moral y material de Red Hook.  El ensayista español achaca el abatimiento urbano, cuando se da, a la desmemoria y a la falta de educación colectivas, que hacen que la ciudad sea solamente un sitio para vivir y no algo vivo.  Los culpables elegidos por los escritores cambian, pero ambos tienen a la tradición por víctima.

La tradición da coherencia a las ciudades, las hace comprensibles.  Cuando la tradición se abandona, y se busca una fórmula de éxito para obtener un rendimiento económico o disfrutar de "lo nuevo" (que es, justamente, lo que quiere esa gente extraña de Red Hook, y lo que quieren tantos alcaldes en España), notamos un malestar, y luego añoranza, porque las formas antiguas tenían, si no siempre gracia o arte, sentido de comunidad.  Julián Marías vivió para ver el desastre actual de las ciudades españolas, y escribió sobre ello, pero quizás hubiera sido necesario un Lovecraft para popularizar estas ideas, a través de la ficción.

Que parece que los urbanistas actuales se hayan confiado todos a Cthulhu.


viernes, 2 de mayo de 2014

Jolly tune



Kirk Douglas canta "The Moon Grew Brighter and Brighter", como en La pradera sin ley (King Vidor, 1955).  La foto es de Veinte mil leguas de viaje submarino, ya lo habrás notado, yo no sé por qué.

domingo, 27 de abril de 2014

Cosas mías

 
                       Suele decirse que Quien mucho abarca, poco aprieta.

                       Y yo añado que Quien mucho aprieta, jode la teta.

sábado, 12 de abril de 2014

El hundimiento


Incluyo de seguido un párrafo de una crítica de Roger Ebert, que me ha ayudado a entender mejor El hundimiento y la propia figura de Hitler.


  
Admiración por él no siento.  Simpatía, sólo la que sentiría por un perro rabioso, al pensar que debe morir.  No siento que la película proporcione “una respuesta suficiente a lo que Hitler hizo”, porque siento que ninguna película puede, y que ninguna respuesta puede ser suficiente.  Todo lo que podemos aprender de una película como ésta es que millones de personas pueden ser dirigidas, y millones más muertas, por la locura que acompaña al racismo y los instintos bárbaros del tribalismo.

Lo que también sentí, sin embargo, fue la enfermedad nazi como algo real, no distanciada y débil como en tantas cintas con villanos nazis, que la han convertido más en un instrumento de narración que en una realidad.  Al observar a este Hitler estropeado y patético, tomamos conciencia de que él por sí mismo no creó el Tercer Reich, sino que fue el centro de un levantamiento espontáneo de una gran parte del pueblo alemán, que se alimentaba del racismo, la xenofobia, las ínfulas de grandeza y el miedo.  Hitler era hábil manipulando ese sentimiento, y supo rodearse de estrategas y propagandistas capaces, pero no era un gran hombre, sólo uno provisto por la suerte para desatar un mal inimaginable.  Conviene pensar que el racismo, la xenofobia, las ínfulas de grandeza y el miedo todavía siguen con nosotros, y que la derrota de una de sus manifestaciones no nos vacuna frente a otras.

 
La crítica completa en inglés, aquí:  http://www.rogerebert.com/reviews/downfall-2005


martes, 8 de abril de 2014

De la moralidad de Hollywood

Escribo a continuación un texto traducido de la página del bloguero Andrew Rilstone, titulado De la moralidad de Hollywood.



Las películas de Hollywood usan a veces armazones morales aparentes:  los personajes expresan sentimientos que deben resultar edificantes, o espirituales o inspiradores.  Valores morales populares como “sigue a tu corazón”;  “sé fiel a ti mismo”;  “puedes hacer cualquier cosa si te lo propones”, o “incluso una persona pequeña puede cambiar el futuro”.  Esto dificulta a las películas el tratar con libros arraigados en filosofías específicas, concretas.  Los buenos libros en su mayoría dicen algo;  las películas, casi por definición, no pueden.

Decir que esas “moralejas” no significan nada es tentador.  Desde luego es complicado ver qué podrías hacer con ellas, caso de querer usarlas.  (“Sigue a tu corazón” ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Adónde? ¿Qué quieres decir con mi corazón exactamente?).  Parecen expresar puntos de vista, pero no son más que ruido ininteligible.  Parece que digan algo pero en realidad son parte de una ilusión dramática que la película está creando.  Un personaje tiene que parecer motivado;   pero si su motivación proviene de una creencia en una religión determinada, ideología o ideal, se enajenará sin duda a aquella parte de su audiencia que no esté de acuerdo con él.  Es mucho más fácil por tanto que su motivación sea más amplia, hasta el punto de que no signifique nada – tener un héroe que, con toda fuerza y vehemencia, crea en algo mal definido.  Este acercamiento se consumó en la trilogía original de La guerra de las galaxias, en la cual el principal factor motivante era la Fuerza, que representaba... eh... lo que sea que tú quieras.

Una de las características que redimen grandemente a los libros de Harry Potter es que Rowling evita los temas morales grandes y sin sentido, y en su lugar dibuja lo que podrían llamarse “micro valores morales” cuando surgen naturalmente de la historia.   Cuando Harry intenta solucionar un problema en el torneo de los Tres Magos, Moody le recomienda que se pregunte a sí mismo en qué es realmente bueno, para luego aplicarlo al reto en cuestión.  Así, mientras los otros contendientes emplean hechizos difíciles, Harry emplea sin más su habilidad para jugar al Quidditch.   Esta es una moraleja cien veces más valiosa que cualquier “puedes hacer cualquier cosa si lo intentas” de doble lenguaje que se haya publicado.

En realidad la no-ética de Hollywood es alta y ofensivamente política.  El mensaje básico es de autoconfianza:  “Si crees en ti mismo puedes conseguir lo  que quieras felicidad, amor, riqueza, la caída del Imperio Británico en la India.  Puedes creerte un cobarde, un desalmado, un tonto, un personaje secundario en un culebrón;  puedes tener cualquier desventaja en la vida – puedes tener los pies peludos o ser interpretado por Tom Hanks o ser muy estúpido o tener cáncer de pulmón, pero tú ya tienes dentro de ti todo lo que te hace falta para superar tus limitaciones – que en cualquier caso son autoinfligidas.   Puedes hacer lo que tú quieras si lo intentas”.  Este es un mensajes profundamente tranquilizador para los triunfadores que hacen películas.  Lo que dice en realidad es “Somos ricos y famosos porque nos lo merecemos”.  Es un mensaje muy deprimente para la gente que les hace el café.  “El hecho de que yo esté atascado en un trabajo sin salidas no puede de ninguna manera achacarse al capitalismo global o al sistema económico;   estoy atascado en un trabajo sin salidas porque no creo lo bastante en mí mismo para salir de él”.  Es algo que se puede comparar con aquellas novelas infantiles del siglo diecinueve, en las que la pequeña niña discapacitada de pronto encontraba un jardín secreto y podía liberarse de sus muletas, dando a los niños en silla de ruedas el mensaje inconfundible de “Si estás confinado a una silla de ruedas es por tu maldita culpa”.

Resulta muy triste ver a Jackson meter a Tolkien con calzador en esta amoralidad.  Espero la amenazada Narnia con trepidación considerable.


El texto original puede leerse aquí, como parte de uno más extenso que comenta El Señor de los Anillos: Las dos torres:  http://www.rilstone.talktalk.net/ttt-appendix.htm#appendix_c


lunes, 7 de abril de 2014

Toma y mira


"Toma y lee".  Unas palabras parecidas a las que animaron a San Agustín a reformarse son las que pienso al entrar al nuevo Museo Arqueológico:  "toma y mira".

La situación de la entrada me parece inteligente, porque una rampa lleva al subterráneo, y la semioscuridad de las primeras salas recrea la cueva prehistórica.
La foto que incluyo enseña un panel de imágenes que allí se encuentra, que colecciona los recuerdos de la especie, a la manera de Jung se diría.



Estas estelas de guerreros me hacen pensar en el moái del Museo Británico, al que dediqué unas líneas en el anterior Miniaturas.  Creo que es un acierto que se incluya un paisaje tras los militares rocosos.  La ausencia de contexto en la colección del inglés me pareció chocante.  Y además, el moái del Británico era un pascuense expatriado, mientras que estos son gente del país, que han cambiado de lugar sin mudar la casa.






 
¿Cómo se hace un hacha de bronce?  Lo cuentan estas placas de metal.  Lo bueno es que se pensaron para ser tocadas, de modo que los ciegos puedan imaginar también ese logro primitivo.  Un acierto mayor del museo.  Ahora, que me expliquen a mí que es una "rebaba", como se ve en el texto.  (La rebaba es la materia sobrante que sobresale en los bordes de la cabeza del hacha, me informo). 

Hasta aquí por hoy.  Daré noticia de lo que me queda por mirar cuando vuelva.


sábado, 5 de abril de 2014

Ah, Tintín


Me puse a ojear El tesoro de Rackham el Rojo en la Casa del Libro porque lo tenían en gran formato.  ¿Gran formato?, me dirás.  Y yo diré: mira.  Si hoy se rehiciera El increíble hombre menguante, el álbum de Tintín estaría encima de una mesa, así:
 

Es extraño, vi esta película en el Museo Arqueológico, primera vez y única.  El programa incluía, además, un coloquio con Vicente Molina Foix.  Durante la charla, un hombre con barba blanca se le acercó para darle un papel.  El escritor, extrañado, no reveló su contenido.  Volviendo al cómic.  El cambio en las medidas no era el único, el texto ha cambiado algo, también.  Nada raro, por otra parte.  Lo que dice el loro del final en el texto antiguo es "gitano", y esto se ha trocado por "pepinillo", en el nuevo.


No nos excitemos:  esto no es ninguna traición al original.   Hergé lo que dijo fue "boit-sans-soif", esto es, "bebe sin sed", o borrachín.  Sólo un traductor inspirado lo transmutó en "gitano".  Otros tiempos, otras costumbres.  Lo mismo digo del cambio.  Tintín lucha hoy contra las injusticias tipográficas, por eso.  También en la Casa del Libro.


lunes, 10 de marzo de 2014

Quítate, Shakespeare


Frank Sinatra y Janet Leigh tienen en El mensajero del miedo (John Frankenheimer, 1962) una de las conversaciones más extrañas y divertidas que he escuchado, tanto por las palabras como por la seriedad del momento.  Frank, agobiado por los recuerdos, busca el refugio de un compartimento entre vagones, y Janet, una compañera de viaje a la que apenas conoce, le sigue.  Empiezan a conversar:

J:  Maryland es un estado hermoso.
F:  Esto es Delaware.
J:  Lo sé.  Yo fui uno de los chinos que pusieron las vías en este tramo.  En cualquier caso, Maryland es un estado hermoso.  Ohio también, ya puestos.
F:  Supongo.  Columbus es una ciudad tremendamente futbolera.  ¿Está usted en el negocio de los ferrocarriles?
J: Ya no.  En cualquier caso, si me permite que se lo diga, al preguntarme debería decir si mi "línea" de trabajo es la de los ferrocarriles...  ¿Dónde vive?
F:  Estoy en el Ejército.  Soy Mayor.  Llevo en el Ejército la mayor parte de mi vida.  Viajamos mucho. (Suspira).  Nací en Nueva Hampshire.
J:  Una vez fui a un campamento femenino junto al lago Francis.
F:  Está bastante al norte.  ¿Cómo se llama usted?
J:  Eugenie.
F:  ¿Perdón?
J:  No es broma, lo digo en serio.  Loca pronunciación francesa incluida.
F:  Es bonito.
J:  Vaya, gracias.
F:  Supongo que sus amigos le llaman Jenny.
J:  Aún no, no lo han hecho, cosa que agradezco de corazón.  Pero usted puede llamarme Jenny.
F:  ¿Cómo le llaman sus amigos?
J:  Rosie.
F:  ¿Por qué?
J:  Mi nombre completo es Eugenie Rose.  De los dos nombres prefiero Rosie, porque huele a pastilla de jabón y a cerveza.  Eugenie es así como más frágil.
F:  Y sin embargo, cuando le pregunté su nombre me dijo que era Eugenie.
J:  Es posible que en ese momento me sintiera más o menos frágil.
F:  Nunca he sabido qué quiere decir esa frase, "más o menos".  ¿Es usted árabe?
J:  No.
F:  Me llamo Ben.  Bennett en realidad.  Me lo pusieron en honor a Arnold Bennett.
J:  ¿El escritor?
F:  No, un teniente coronel.  Era el oficial que mandaba a mi padre cuando yo nací.
J:  ¿Cuál es su apellido?
F:  Marco.
J:  El Mayor Marco.  ¿Es usted árabe?
F:  No.  No...
J:  Deje que se lo pregunte de otra manera.  ¿Está usted casado?
F:  No.  ¿Usted?
J:  No.
F:  ¿Cómo se apellida?
J:  Chaney.  Soy ayudante de producción de un hombre llamado Justin, que tuvo dos éxitos la última temporada.  Vivo en la calle 54, muy cerca del Museo de Arte Moderno, del que soy miembro con derecho a té, sin crema.  Vivo en el 53 oeste de la calle 54.  Apartamento 3B.  ¿Lo recordará?
F:  Sí.
J:  Mi teléfono es Eldorado 59970.  ¿Lo recordará?
F:  Sí.
J:  ¿Está usted apostado en Nueva York?  ¿Es "apostado" la palabra correcta?
F:  No es que esté apostado en Nueva York, estaba... apostado en Washington, pero me puse enfermo y estoy de permiso y voy a pasarlo en Nueva York.
J:  Eldorado 59970.
F:  Voy a ver a un viejo amigo que trabaja en un periódico.


Termina aquí el diálogo.  Sólo un apunte.  La traducción subtitulada (que yo he tomado sólo como referencia) intenta hacer un poco menos absurda la conversación, y esto me parece curiosísimo.  Por ejemplo, Rosie ya no huele a jabón ("jabón marrón" en el original, le he quitado el color para evitar la cacofonía) y a cerveza sino a café con leche, los personajes no se preguntan mutuamente si son árabes, sólo si lo que acaban de decir es árabe, y no hay mención alguna al té (ni a la crema) en el Museo de Arte Moderno, del que Jane pasa a ser únicamente "miembro privilegiado".  Extraño mundo el de la traducción.

martes, 25 de febrero de 2014

Boca de lobo


Me gusta la palabra “aúlla”.  La “u” es como una boca de lobo y la tilde señala el aullido.

viernes, 21 de febrero de 2014

Palabra de ley


“Los abogados no deberían casarse nunca con otros abogados. De semejante endogamia sólo pueden nacer niños idiotas y más abogados”.  La costilla de Adán (George Cukor, 1949).

domingo, 9 de febrero de 2014

La Puerta

Puerta de Alcalá, ayer.

- ¿Tanto costaría de hacer?
- Hombre, es granito.
- No es piedra pómez, no.
- ¿Tú de qué la hubieras hecho?
- De madera.
- ¿Madera?
- Es una puerta, ¿no?

miércoles, 29 de enero de 2014

Mais oui

Fui a llevar cosas a un punto limpio.  Un drive-thru del reciclaje, me pareció.  ¿Tan impersonal, tan mecánico?, me dirás.  No, por suerte:  me atendió una trabajadora, y lo hizo con cuidado.  Ese va aquí;  en el de más allá, aquel.

La mujer (y este es el caso), usaba al hablar una muletilla francesa, yo se la escuché, dos o tres veces, es cierto.  ¡Qué mujer tan extraña!, me dirás, y no sin razón, porque su acento no era el de Francia.  ¿Extraña?, te diré.  -Puede.  Para mí, esa muletilla era en ella lo que en otras es una flor en el pelo, o un broche en la solapa:  un curioso detalle personal.

jueves, 16 de enero de 2014

Electrobardos

¿Máquinas literarias? ¿Electrobardos, como los de Stanislaw Lem en Ciberíada? Sí, nos dicen en Milenio 3, ingenios capaces de escribir poemas. ¿Ejemplos?

  
              
              Ahora imagina y canta,
              creando mitos
              formando joyas de la nieve caída.


              Un viejo gato amarillo
              tumbado duerme contento,
              descubriendo un corazón.


              La opresiva, sofocante
              clase de la escuela católica,
              donde no puedo ser real.




El ingeniero Raymond Kurzweil creó el programa AARON, que a su vez creó estos poemas sirviéndose de una base de datos lírica.

Estas ideas me han venido a la mente al probar Google Translate, porque veo en sus textos una cierta cualidad poética. Google Translate es un electrobardo a su manera. Le he dado a traducir un texto de mi entrada “Toma falsa” al inglés, para después volverlo al español:

          He apretado el paso al verles, queriendo evitarles, y ése ha sido mi error.

          I pushed over to see them, wanting to spare, and that was my mistake.

          Empujé para verlos, con sobrada insuficiencia, y ése fue mi error.

Y en efecto.


Textos creados por AARON, aquí:
http://www.kurzweilcyberart.com/

domingo, 12 de enero de 2014

In memoriam

"Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres".  Son palabras de Blas de Lezo, testimonio de su mayor victoria sobre el inglés pendenciero.

El Museo Naval recuerda al héroe de Cartagena de Indias en una pequeña exposición.  Merece la pena verla aunque sólo sea para tomar conciencia de lo poco que conocemos en España nuestra historia.

sábado, 11 de enero de 2014

Modera tu entusiasmo


Quiero mencionar Curb Your Enthusiasm, la serie del cómico americano Larry David.  Un diálogo del episodio "The Thong", en concreto:

- No acabo de entender esta fascinación que la gente tiene por el mar.
- ¿No?
- No sé... Yo lo miro diez minutos y me digo, vale, muy bien.
- ¿No te sientes más tranquilo?
- Me irrita, porque los demás lo pillan y yo no.

Esta tarde me senté en un banco junto al río de Madrid.  Era ya de noche y hacía frío.  Había por allí algunos paseantes, la mayoría junto a sus perros, y algunas parejas dispersas también, sentadas.  Yo, quince minutos después, tuve que marcharme porque no lo pillaba.  Hay personas cinematográficas que disfrutan con estas cosas, pero yo no soy una de ellas, por desgracia.

viernes, 3 de enero de 2014

Toma falsa


Cuando lo he visto ya era tarde -iba despistado.  Filmaban una serie en la calle, ¡y me he colado en la grabación!  He apretado el paso al verles, queriendo evitarles, y ése ha sido mi error.  Vamos, lo mismo que si hubiese saludado a la cámara.  ¿Cómo iba yo a saberlo?  Tenía un papel de paseante pero nadie me avisó.

jueves, 2 de enero de 2014

Tú tranquilo, diviértete


Mi amiga de Rusia, Dashima, me trajo de Liverpool unas chocolatinas.  Estaban en un envase con el lema "Keep calm and be festive", que traducido viene a decir "Tú tranquilo, diviértete";  ésta es una de las muchas variantes del "Keep calm and carry on", o "Tú tranquilo, continúa", famoso en el Reino Unido desde la guerra de Hitler.  Las chocolatinas, huelga decirlo, ya me las he terminado, pero el vaso, como se ve en la fotografía, en vez de desaparecer contiene ahora mis lápices.  Un buen regalo sin duda.