lunes, 30 de noviembre de 2015

Definición


cerradumbre

        1. f. Cualidad de cerrado.
        2. f. Conjunto de cosas cerradas.
        3. f. Óxido de la cerrazón.


jueves, 26 de noviembre de 2015

Cosas mías


Con la gramática era una especie de Phileas Fogg: quería la sopa del idioma siempre en su punto justo.


miércoles, 18 de noviembre de 2015

Órdenes de Londres


                            REGLAS Y ÓRDENES DE LA CASA DEL CAFÉ

                         
                         Entren, señores, con libertad, pero si quieren, primero,
                         examinen nuestras reglas de urbanidad, que aquí enumero.

                         Primero, nobles señores, negociantes, sean bienvenidos,
                         y puedan juntos sentarse y estar bien avenidos:
                         pierdan la noción del asiento preferente,
                         pero no dejen de buscar un sitio aparente:
                         si persona de más alta condición viniera,
                         ninguno por obligación su puesto le cediera;
                         limitar el gasto, nos parece injusto,
                         pero aquel que blasfeme pagará doce peniques justos:
                         el que aquí comience una pelea,
                         que por su pecado a todos pague un plato, sea;
                         y lo mismo, para aquel que tenga por cumplido
                         lanzarle al amigo el café servido;
                         quedan los ruidos de las disputas prohibidos,
                         y los amantes que lloran por las esquinas excluidos,
                         hablen todos animosos, pero sin pasarse,
                         lo sagrado, sí que no puede tocarse,
                         ni se profane la Escritura, ni con descaro evidente
                         se menoscabe al Estado con lengua irreverente:
                         prevalezca un júbilo afable, y nadie deje,
                         que su chanza la doblez refleje;
                         para que esta casa quede sin reproche y más tranquila,
                         prohibimos los dados, las cartas, y todo juego que se estila:
                         tampoco permitimos apuestas, que superen
                         los cinco chelines, pues de otro modo problemas surgieren;
                         que el dinero que uno pierde y a otro pasa
                         se gaste en la buena bebida de la casa,
                         y en lo posible, los clientes se atengan,
                         a un horario razonable, cuando vengan.
                         Por último, que cada hombre pague lo servido,
                         y así será aquí cada día bien recibido. 


P.D. El poema "The Rules and Orders of the Coffee House" apareció publicado en Londres en 1674, cuando el café ya era popular en la capital inglesa. En lo que a la traducción se refiere, he dejado casi idéntica la puntuación original, a pesar de su falta de sistema, que es la de su tiempo. Para evitar confusiones, no es su aspecto sintáctico, gramatical, lo que hay que observar en ella, sino la pausa que sus signos en distinta medida aportan a la lectura.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Secretos

 


      El secreto del libro de Kells trata del empeño continuado, y difícil, de unos monjes irlandeses por acabar los dibujos de un manuscrito allá por el año 800, y de lo que acontece fuera del scriptorium mientras quieren darles término. La película es bonita, tiene unos diseños curiosos, pero su argumento me produce extrañeza. Tal vez porque intenta contarme una historia antigua, pero yo no dejo de ver en ella un relato de hoy. 

      La fábula gira en torno a unos monjes medievales, de los que se silencia, curiosamente, su condición cristiana. Salvo por el símbolo de la cruz, incidental, y unas pocas palabras esenciales como hermano o abadía, no presenta motivos que indiquen la razón vital de aquellos hombres. ¿Cómo es esto posible, si la vida monástica europea encontraba allí su fundamento? La omisión es deliberada. ¿Por qué? Ya lo comentamos*: se prefiere que los personajes tengan motivaciones imprecisas, porque facilitan la empatía, la conexión con el público. Este tipo de lógica, de base monetaria, no admite que unos principios religiosos, cristianos o no, constituyan el argumento de una persona. Así, la alternativa personal que ofrece El secreto del libro de Kells es la misma que La guerra de las galaxias: misticismo en vez de religión. Si bien la suya es, de acuerdo con los tiempos, una mística de corte ecologista, que encuentra sus raíces en los mitos celtas irlandeses. 

     La comunión íntima con la Naturaleza puede salvar a una humanidad triste y asustada, material y espiritualmente empobrecida, pero para obtenerla hay que retomar una visión celta de las cosas, nos dicen. Si esta percepción mítica no tuviera, como tiene, el paso expedito, sin oponentes teóricos, se estimaría el precio que hay que pagar por ella: el de renunciar a la innovación monoteísta. La película proyecta, en cambio, la mejor luz posible sobre esta conexión de los celtas con la Naturaleza. El vínculo se establece de forma fácil y agradable —no hay en él motivos oscuros, ni dramáticas convenciones antiguas como los sacrificios humanos (claro, eso ya sería liturgia, religión; aparte asustaría a los niños) que lo desaconsejen. La única amenaza que nos presenta es una abstracta serpiente, tan conceptual en su planteamiento que no se entiende bien qué pinta ahí. Sirve, eso sí, para dar idea de que hay otros aspectos del mito, menos amables, que no se quieren tratar. En cualquier caso la tendencia ecologista no es la única concesión al sentimiento actual en la película. 

      Los monjes hablan de la importancia del libro, pero sólo aluden a lo escrito con un genérico "sagrado", de modo que los dibujos que lo adornan son su mayor mérito, y en la práctica también su único valor. (El Libro de Kells original reunía los cuatro Evangelios canónicos). Esto vacía de contenido a la obra artística casi por completo, y el problema es tan evidente que los guionistas no tienen más remedio que compensarlo: el manuscrito adquirirá su verdadero valor si abandona el monasterio, si se lleva a la gente común, nos anuncian. La propuesta, que parece razonable desde una óptica moderna (¡dichosos monjes! —se dirá— ¡guardándose para ellos la cultura!), en realidad es una tontería. Se insinúa aquí la necesidad de democratizar el arte, pero el anacronismo se revela en cuanto uno se sitúa mentalmente en la Europa del siglo IX. ¿Qué bien podía hacerle a una gente analfabeta, a menudo necesitada, un manuscrito iluminado? Si a la película le preocupara de verdad la gente, demostraría la inutilidad del libro en tanto objeto, y exploraría los principios que contiene como un posible medio de mejora. Pero no va por ahí, ni quiere. 

      Es así que encuentro en El secreto del libro de Kells una historia actual, no de entonces. Por la manera en que evita el hecho religioso. Por querer remediarlo con una vaga inclinación ecologista, que idealiza el contacto antiguo con la Naturaleza. Por incluir desplazadas nociones democráticas. Y siempre con la idea de obtener el mayor rendimiento en taquilla. Es una lástima, porque con un planteamiento más limpio podrían haberle sacado partido a estos dibujos diferentes.


* http://www.lavidaotra.blogspot.com.es/2014/04/de-la-moralidad-de-hollywood.html

sábado, 26 de septiembre de 2015

Turno de preguntas




      Jeremy Corbyn, el nuevo líder laborista, iba a terminar su turno de preguntas en los Comunes, y ya se preparaba para interpelar al Primer Ministro Cameron el siguiente parlamentario, Andrew Turner, de la Isla de Wight. Para este representante del sur de Inglaterra era la hora de reivindicarse, porque la novedad de Corbyn había atraído la atención del país al Parlamento. Cameron daba la réplica a Corbyn; en unos momentos Turner aprovecharía la coyuntura para llamar la atención del Primer Ministro —y del Reino Unido— sobre un asunto de particular alcance.

Andrew Turner: El zoo de la Isla de Wight está teniendo problemas importando un tigre. La trataron con crueldad en un circo y lleva en aislamiento casi dos años, aunque en Bélgica la rabia ya ha desaparecido por completo. ¿Puede mi muy honorable amigo asistir en la superación de este bloqueo burocrático?

Primer Ministro: Sin duda haré todo lo posible por ayudar a mi [le interrumpen].

Portavoz de la Cámara: Orden. Quiero saber más del tigre.

Primer Ministro: Por supuesto que quiero saber más del tigre, y ayudaremos a la gente de la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal, dentro del Departamento de Medio Ambiente, Alimentos y Asuntos Rurales, que son los que se ocupan del asunto. Yo en mi circunscripción tuve un caso igual, cuando el Parque de Fauna Salvaje Cotswold quiso traer un rinoceronte. Yo intervine, y estoy encantado de decir que el Parque Cotswold le dio al rinoceronte el nombre de Nancy, en honor a mi hija. Nancy ha estado criando desde que llegó a Burford, y yo espero que el tigre se muestre igual de eficaz.

      ¿Qué habíamos escuchado? ¿Era este un intento de los conservadores de romper con el tono que Corbyn, sereno y combativo, había impuesto al debate? Quizás. Aunque, por otra lado, tal vez no fuese más que una manera de evitarle problemas al líder del propio partido. También, ¿por qué no?, el parlamentario pudo preguntar lo que en conciencia creyó más oportuno. Lo que estaba claro era que Internet no tendría piedad con él, por eludir entonces asuntos como —alguien lo decía ya en una red social— el transporte o el desempleo. 

     Yo, como espectador de una realidad ajena, prefiero señalar el asombro que sentí al ver la forma en que se desarrolló el diálogo: la seriedad de la pregunta de Turner, la intención traviesa del Portavoz, la alegría confusa del Parlamento, finalmente la respuesta del Primer Ministro subrayando con inteligencia la comicidad del momento. Esta situación me hizo pensar, antes de volver a centrarme en el debate, que nuestra política podría ser menos insípida, más ingeniosa y vivaz de lo que aparenta; y que no por ello tendría que abandonar sus trucos, si se hiciera como hacen los británicos.


sábado, 8 de agosto de 2015

Magníficos huesos

 

Milú preparó una escena de El cetro de Ottokar en La fiera de mi niña. Huir con un hueso de dinosaurio entre los dientes requiere práctica, sin duda.

domingo, 21 de junio de 2015

Distinciones


En el Prado doy con una estatua recompuesta del Bautista atribuida a Miguel Ángel. Es la única del autor en España, según leo, y la tienen en préstamo unos meses. Explican que gracias a los cuidados de un taller italiano hoy podemos verla. Unos anarquistas, suponen, la destrozaron en una capilla de Úbeda al principio de la Guerra Civil. ¿Qué pensarían sus atacantes para actuar así?, me digo.

En ese ataque no se valoró la estatua como objeto artístico, como una expresión de humanidad elevada. No se la estimó tampoco como pieza religiosa, propia de una tradición hondamente espiritual. Se la consideró únicamente como hecho político, como símbolo de un conservadurismo rancio y dañino. En aquel tiempo había razones de sobra para pensar así, sin duda. Pero destrozar la escultura conforme a ese argumento significaba pasar por encima de los otros dos, despectivamente, y eso fue lo que ocurrió. ¿Quién, después de echar cuentas, rompería la estatua con el propósito de mejorar la sociedad? El motivo de aquellos hombres fue egoísta, tuvo que serlo. Querían sentir una alegría violenta, obtener el primer despojo emocional de la contienda, y fueron a vandalizar una capilla. Lo único que consiguieron con seguridad fue el daño de un patrimonio valioso, que hoy, en parte, se recupera.


PS. En la foto, la estatua de San Juan Bautista, en restauración.

jueves, 28 de mayo de 2015

Sigue a los mandos





   Pero es más que eso. Si (y aquí sigo una idea de Andrew Rilstone) Star Wars se entiende como una historia contada por una mujer de ese universo a su hijo, antes de dormir, entonces La guerra de las galaxias puede verse como un relato a la antigua, que sirve para transmitir creencias (miedos, expectativas, realizaciones) sociales. Nosotros no podemos saber, no mejor que el chico que recibe el cuento, cuánto de mito y cuánto de realidad hay en la crónica de la caída y restauración de la República Galáctica – somos, como el chaval, receptores de una historia que comunica los valores de una época y una población determinadas, los de la narradora. Un inciso. Yo encuentro sugerente la idea de Star Wars como tradición oral, empezada, quizás, por seres de otra raza; como leyenda que toma de aquí y de allá y se modela con el tiempo, mostrándose distinta según la hora, el lugar y la persona que narra, y que termina por convertirse en una obra canónica...

   A lo que iba. La palabra clave aquí es “creencia”. El mismo Julián Marías indica la importancia de las creencias en la vida personal, por un arraigo que supera con mucho al de las ideas (porque las ideas cambian con facilidad, pero las creencias, entendidas como vigencias sociales, son firmes). Y añade que han sido las mujeres las que durante milenios han transmitido las creencias en el seno de la familia. Si esto se aplica al universo de Star Wars, de la manera en que aquí se considera, la ausencia aparente de la mujer en el mismo se explica por la necesidad de que el hijo aprenda nociones guerreras y no otras, esa noche. Esto, claro, no significa que la mujer no importe en ese mundo, justo al revés: ella cuenta la historia, indica qué lado elegir, afirma con sus comentarios qué vale y qué no en la guerra, y lo hace a su manera. Para este fin se sirve de un cuento que ella (y nosotros) conocemos como La guerra de las galaxias, nada más. Y nada menos.

 

viernes, 15 de mayo de 2015

A los mandos

 


   Ayer leyendo en la Red recordé que en las películas originales de Star Wars no hay mujeres piloto. Del mismo modo me enteré de que en El retorno del Jedi sí las hubo, pero sus escenas se quedaron en la sala de montaje. Quizás, como yo, te preguntes ¿qué impulsó a George Lucas a prescindir de ellas? Pues bien: en la Red algunos aluden a su machismo; otros, a su prudencia, por la carga emotiva que tendría el verlas caer en combate (los niños son, al fin y al cabo, el público objetivo de esta fábula). Lo cierto es que Lucas no ha dicho nada, así que el motivo se desconoce. Yo quiero animar a la especulación sirviéndome de un texto de Julián Marías. Trata sobre un orden de cosas entre hombre y mujer que hoy ha perdido vigencia, pero que puede servir para explicar la naturaleza de una sociedad que existió hace mucho tiempo, en una galaxia lejana, muy lejana:

    << [Las mujeres] se han quedado en casa en plena guerra, en plena revolución, cuando todo está alterado. Todo, sí, pero se come tres veces al día. Las mujeres seguían cocinando, limpiando, dando de mamar o de comer a los hijos. Y cuidaban del marido, del guerrero, del revolucionario, que llegaba con un hambre tremenda de las barricadas, porque la revolución abre mucho el apetito. Gracias a que la mujer hacía aproximadamente lo que hacía antes, había cierta estabilidad y continuidad, y un día se restablecía la normalidad.
   La mujer ha visto pasar las cosas, esas cosas llamativas que luego cuentan los libros de historia; y su lema podría ser aquí te espero. Es un lema ambiguo. Se dirá: claro, la pasividad femenina. Pero tal vez significa otra cosa: "Aquí te espero. Ya volverás cuando se calme la situación, entonces seguiremos viviendo". Imagínese que no fuera así. La historia tiene coherencia, no es un disparate, porque la mujer, durante varios milenios, ha restablecido la normalidad. >>

   Si este fuera el caso, ¡de qué forma tan inesperada habría dado George Lucas coherencia a su creación! Se podrá decir por tanto que la mujer sí cuenta en ese mundo, aunque no figure en la cabina de un caza o a los mandos de un bombardero (X-Wing e Y-Wing respectivamente, según la jerga estelar). Si no tiene más protagonismo es porque a estas películas les preocupa casi únicamente el pormenor guerrero de la contienda --y no en vano, La guerra de las galaxias es el nombre que reciben en conjunto. ¿No te parece?

jueves, 23 de abril de 2015

Mr. Davies says

                                       
                                     RAY DAVIES analiza el LP de LOS BEATLES

                                                                                 "Es una tontería, la verdad"


LOS BEATLES y Brian Epstein quedaron tan satisfechos con "Eleanor Rigby" y "Yellow Submarine", dos de los temas de su nuevo LP Revolver, a la venta el próximo viernes (5 de agosto), que también van a ser publicados como sencillo ese día.
  Pero si el celebrado escritor de canciones Ray Davies es un juez fiable, los Beatles han cometido un gran error. Ray piensa que la señorita Rigby va sin duda dedicada al profesor de música de primaria de John y Paul; mientras que el "Submarino" debería hundirse en una papelera. "Es una tontería, la verdad", comenta Ray.
  
Disc and Music Echo decidió encomendar a Ray la tarea de criticar Revolver--y el Kink dijo lo que pensaba, no cabe duda.
  Aquí está el álbum, pista por pista, con los resúmenes intercalados de Ray:

Cara A: "Taxman" (de George)--voz principal, George: "Suena a un cruce entre los Who y Batman. Es algo limitada, pero los Beatles salvan la papeleta con una duplicación de voz que me gusta. Sorprende lo atractiva que resulta la voz duplicada".
  "Eleanor Rigby" (de John y Paul)--voz principal, Paul: "El otro día me compré un LP de Haydn y suena exactamente igual que esto. Es una cosa como de cuartetos, y parece que quisieran agradar con ella a profesores de música de primaria. Puedo imaginarme a John diciendo: 'Voy a escribir esto para mi antigua maestra'. Aun así es muy comercial".
  "I'm Only Sleeping" (de John y Paul)--voz principal, John: "Es una canción muy hermosa, mucho más bonita que 'Eleanor Rigby'. Es una melodía amable, de verdad, y sin duda la mejor del disco".
  "Love You Too" (de George)--voz principal, George: "George escribió esta--hoy su influencia en el grupo debe de ser grande. Hace dos años yo estaba haciendo este tipo de canción--ahora hago lo que los Beatles hacían hace dos años. No es mala canción--está bien interpretada, algo que siempre se puede decir de los temas de los Beatles".
  "Here, There and Everywhere" (de John y Paul)--voz principal, Paul: "Los Beatles tienen buena memoria, el trajín de acordes que hay aquí lo prueba. Está bien--como si la voz y la guitarra se unieran formando un solo instrumento. El tercer mejor tema del álbum".
  "Yellow Submarine" (de John y Paul)--voz principal, Ringo: "Es una tontería, la verdad. Haciendo el bobo al piano yo toco cosas así. Creo que ellos saben que no es tan buena".
  "She Said She Said" (de John y Paul)--voz principal, John: "Esta canción está aquí para restablecer la confianza en el antiguo sonido Beatle. Eso es todo".

Cara B: "Good Day Sunshine" (de John y Paul)--voz principal, Paul: "Esta tendrá un éxito enorme. No se te mete en la cabeza a la fuerza, y sin embargo destaca tanto como 'I'm Only Sleeping'. Es una vuelta auténtica a los Beatles originales. No me parece que a los fans les guste su electrónica más reciente. Se supone que los Beatles tienen que ser como el vecino de al lado, sólo que mejor".
  "And Your Bird Can Sing" (de John y Paul)--voz principal, John: "No me gusta. Es demasiado predecible. No es una canción de los Beatles en absoluto".
  "For No One" (de John y Paul)--voz principal, Paul: "Se versionará, pero no será un éxito. Es mejor que 'Eleanor Rigby' y el efecto del corno francés es agradable".
  "Dr. Robert" (de John y Paul)--voz principal, John: "Es buena--hay un ritmo de doce compases y cosillas ingeniosas. Pero no va conmigo".
  "I Want To Tell You" (de George)--voz principal, George: "Esta ayuda a completar el disco. No llega al estándar de los Beatles".
  "Got To Get You Into My Life" (de John y Paul)--voz principal, Paul: "Acompañamiento de jazz--que viene a probar que los músicos de jazz británicos no tienen swing. Paul canta un jazz mejor que el que tocan los músicos, y por eso es un sinsentido que la gente diga que el jazz y el pop son muy diferentes. Paul suena como Little Richard. Es el tema más Beatle del LP, sin duda".
  "Tomorrow Never Knows" (de John y Paul)--voz principal, John: "¡Escucha qué locura de sonidos! Se hará popular en las discotecas. ¡Imagino que tuvieron que atar a George Martin a un tótem para poder hacerla!".
  Así, después de escuchar cada pista tres o cuatro veces, el veredicto de Ray Davies es: "Este es el primer LP de los Beatles que he escuchado entero, pero debo decir que hay mejores canciones en Rubber Soul. Aun así, 'I'm Only Sleeping' destaca, 'Good Day Sunshine' es la segunda mejor y también me gusta 'Here, There and Everywhere'. Pero no quiero ser duro con las otras canciones. El equilibro en la composición y la técnica de grabación son tan buenos como siempre".                



PD. Este artículo se publicó en la revista británica Disc and Music Echo en agosto de 1966, y puede encontrarse en inglés en la página http://www.kindakinks.net/misc/articles/beatles.html. Conversando con Pablo C., un seguidor legítimo de los Kinks, lo he recordado y he querido traducirlo.


domingo, 15 de febrero de 2015

En concierto


      Esta semana estuve en un concierto de Biznaga, en Radio 3. Tocaron para las cámaras con un público reducido. Biznaga hacen punk nebuloso y yo valoro su empeño, pero no siento el dolor de su angustia. Sí, la canción "Los duelistas" me gusta. Trata con letra ajustada la riña de navajas, el viejo tema patrio, asunto que el sonido hispano y una voz femenina refuerzan con gracia. Pero esta no la tocaron. Lástima, porque en ella el cariz sombrío del grupo se hace realmente expresivo. Sin otra concesión que la de repetir toma, marcharon una hora a toda máquina; sus piezas sólidas y bien engrasadas lo permitieron. En la foto, Jorge, el batería.




sábado, 24 de enero de 2015

ADN


El ADN guarda el manual de las hechuras. Forma, tamaño, color, todo lo lleva registrado. Su escritura es genuina, y las moléculas G (guanina), A (adenina), T (timina), y C (citosina) son sus caracteres. Es una lengua antigua y extraña, que nada tiene que ver con la nuestra... ¿O tal vez sí? Hoy esas moléculas pueden sintetizarse y ordenarse a voluntad, y en sus combinaciones representar mensajes. Podemos, parece increíble, escribir nuestros libros en el ADN. ¿Cómo? El lenguaje convencional se traduce al genético con ordenadores, empleando su lengua binaria de unos y ceros. ¿Un ejemplo? Toma la letra M. Esta letra se vierte al código binario como 01001101. Si determinamos que el 1 se dice con las letras G o T, y el 0 con la A o la C, entonces es posible nombrar la M ordenando las moléculas así: AGCCTTAT.

 

El ADN es un dispositivo excepcional de almacenamiento de información. Superior, con mucho, a cualquiera de los medios que empleamos hoy. Permite copiar fácilmente los datos, resiste en condiciones ambientales adversas, y puede ser leído después de miles y miles de años. Y su capacidad de registro es enorme: en cuatro gramos de ADN cabe toda la información digital que la humanidad produce en un año. Desde 2012, cuando se codificó en este soporte un libro por primera vez, la tecnología ha mejorado y el precio de su uso disminuido. Aunque la técnica aún debe ganar en precisión y rapidez, y las memorias de ADN hacerse asequibles, el día en que escribamos en código genético no queda lejos.

De hecho, podemos ir entrenando. Te dejo la frase de una famosa película

aGcTcTaacTGccGaTcTGaGTGaaTTccTaTaTGaTTcTaGTcTGTGaGGGaaTTaaGcaaacaTTGaTaTaGGaGTTcccGacaaaaTaGcGaacTGGGccTcGGTcaTcaTTccaaGcTGcTGGccGTcGTTccTGcTTGGaTTGaaTTaTTacaaTaTGTcGcGcGTGaaTcaTGTaTcGcGGGacTGacTcTTTa

que puedes traducir aquí: http://dulbrich.is2.byuh.edu/dna2text/