lunes, 31 de julio de 2017

De la máquina


     Veo la película Ex Machina, de Alex Garland, y concluyo que, cuando seamos capaces de crear ingenios mecánicos de apariencia y comportamiento idénticos a los nuestros:

1. No estaremos ni ante seres humanos, por la diferencia biológica, ni ante personas, por la divergencia psíquica. La realidad del hombre es consustancial a su naturaleza, carnal, limitada y transitoria, elementos que determinan su ser consciente. Los robots, no obstante sus perfecciones, seguirán siendo máquinas.

2. Para que la impresión de semejanza no dañe nuestra identidad, los robots habrán de señalarse como tales mediante distintivo. Del mismo modo, a fin de que el trato habitual con los robots no disocie en la mente del hombre la forma humana de su fondo personal, será procedente un trato considerado para con ellos, sin que en ningún caso se les haya de tener como sujetos de derecho.

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